martes, 31 de agosto de 2010

Por si acaso




No me gusta que aparezcas cuando me estoy duchando.
Ni cuando suena el despertador.
Mucho menos si estoy desayunando,
o bailando en el salón.

NO quiero que me obligues a tocar para ti
una pieza de ravel.
NI a preparar dulces con un toque de miel.
Espero que dejes de llamarme a todas horas,
como si fuera una deudora.
Mandarme tarjetas, flores y regalos.


Quiero leer el periódico sin que me des tu opinión,
cruzar la calle con el semáforo en rojo y comprar girasoles en el mercado.
Ir al cine.
Comer palomitas hasta reventar, por que tu boca no está.


Y tras unos días sola, te pediré,
que calientes el horno, pongas música y llenes la bañera.
Que afines el piano y desempolves una cinta.
Cambia el colchón de lugar, asomalo a la ventana.
AL FIN Y AL CABO; Toda esta parafernalia será para descubrir,
si por si acaso,
me he enamorado de ti.

lunes, 30 de agosto de 2010

Un día como hoy

La sangre se me agolpa en las sienes cuando me acerco a tu casa, mientras el corazón late cuando mis dedos tocan el timbre de tu puerta abedul.
Abres y el escalón que nos separa es un mínimo impedimento para abrazarnos. Me tiras hacia tu cuerpo a la vez que cierras la puerta.
La misma casa, el mismo sillón, las escaleras que van a tu cuarto....todo me es conocido. Tu perra comienza a ladrarme, como de costumbre, y la encierras en el estudio, esta vez has cambiado de cárcel.
Me siento en el sofá color café, pero antes paso a la cocina a por un vaso de agua para aplacar el dolor que me pincha en las costillas, tiras de mi coleta hacia atrás bromeando sobre mis puntas abiertas y un cojín se estampa en tu cara, ya esta todo echo.
Agarras mis manos riéndote y a duras penas me haces cosquillas, carcajeo, más bien de puro nerviosismo, e intento zafarme de tu férreo agarre para plantarte un beso, pero da la sencilla razón que tus intenciones eran las mismas y nos encontramos a medio camino.
Cálido, frágil y ardiente son tus labios, siento de nuevo ese ligero pinchazo en el costado, se lo que es, pero no su significado. El beso se prolonga en el extremo del deseo, así que ambos sabemos que no hay regreso.

Tu mano se asienta en el nacimiento de mi espalda y las mías buscan tirar de tu camisa. Siempre hay un cambio en el patrón y el de hoy me sorprende hasta dejarme sin aire en los pulmones. Un pitido sordo retumba en mis oídos, tus palabras me fulminan.

-Mi hermana vuelve a las doce y media. Está en casa de su abuela.

¿Que soy su puta barata? es lo que me pregunto, pero ilógicamente te sigo desvistiendo. Mi traje en la mano del sofá y tus pantalones encima.
Sentada a horcajadas me arañas la espalda sin hacerme daño. Muerdo tu cuello, besas mi brazos, me acercas mas a ti..al fin y al cabo esto es un juego de dos.
Los segundos pasan pausada pero deliciosamente, regodeándose en cada parte de nuestro cuerpo. Pero todo tiene un final y el nuestro a llegado. Tu mirada furtiva observa el reloj y confirma que me puedes seguir queriendo un poco más.

La llave da dos giros a la derecha y un ligero empujón con la pierna para desatascar la puerta. Primero hace acto de precencia un gran bolso morado para seguirlo una joven de espaldas.
El tiempo se a acabado.
Me levanto lentamente y la saludo, en su cara se dibuja una sonrisa complaciente pero no de aceptación. Él apaga la consola y la ayuda con la compra que trae en las manos.
De camino a la cocina bromean, durante un instante me siento fuera de lugar, no es mi casa, no es mi hermana, no es mi perra, no es mi novio.
Así que me levanto,cojo mis cosas y me aproximo a la cocina. Dos ojos negros me observan al anunciar mi retirada y esos mismos ojos me acompañan a la puerta que un par de horas antes me recibió tan calurosamente.

Un despido breve y una promesa de llamada, eso es todo.

Bajo la calle y tras unos metros giro su esquina, es ahí cuando me pregunto por qué regresa ese extraño dolor a mi pecho.

jueves, 26 de agosto de 2010

Licantropía

Locura y licantropía.



Cuando la luna llena nace, algo cambia en mi cuerpo.
Siento.
Respiro.
Observo.
Como un animal.
Mis sentidos se agolpan en uno solo.
Vivir.


La locura se estampa contra mi,
acoplándose como un engranaje perfecto
a mis instintos.
La música rebota, creando una onda idónea,
para el pecado.


Las luces centelleantes y aturdidoras
permiten que mi mano agarre otra copa.
Por ello, muchos me llaman loca.
Pero lo que no saben es que soy
una loba.

Los tacones que calzan mis pies dejan la estela de la perversión.
Bailo a la luna, agitando mi oscura melena;
siento en ese momento dos ojos clavados en mi escote.
Sonrío. Mi boca busca la suya,
como si de morir tratara.
Mis dientes prueban su carne y mi lengua su sangre.


Así pues, el crepúsculo aparece,
por lo que el lobo se guarece,
esperando con ansia otra cacería, que saque a la luz, su licantropía.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Vacío



Vacío


El desgarro en lo más profundo del alma, esa sensación de vacío,
es lo que se siente al amar y no ser correspondido.




La soledad cierne nuestra mente mientras intentamos vencer
todo aquello que está perdido, todo lo que un día pudimos ser.
Con el puñal ensangrentado te vas,
tras haberme asestado el golpe mortal,
no físico, no carnal.



Te alejas caminando tu camino.
Sólo han pasado unos metros y todo ha sido efímero.
El amor me duele, al amor me ciega.
Es capaz de dar vida al que menos piensa,
a la vez que se la arrebata a las tristes princesas.
Por que al fin y al cabo amar es un arma de doble filo,
puede dar la felicidad en un beso y la dulzura en una mirada,
pero atrae a la locura, al desquicio y al desvarío.



Es por eso que te pido,
vuelve, regresa en tu camino
da la vuelta, acercate y dime al oído
que todo ha sido un sueño que sigues estando conmigo.





Pero si ya no sientes nada a mi lado
sigue, no pares
todo a acabado.
Sólo te pido una última cosa, no lo olvides nunca
que esa sensación de vacío,
es lo que se siente al amar y no ser correspondido.

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